Abuelo
En las cuevas de las montañas más viejas, se decía que existía un antiguo tesoro, custodiado por una criatura alada y feroz, que si estaba de mal humor escupía fuego por la boca, j aja ja , tonterías abuelo—Le dijo José- que es este cuento tan absurdo, yo no soy un pequeño que cree fantasías, anda nárrame mejor alguna de las batallas en las que participaste; --
Escucha José, escucha lo que otros tienen que decir, porque a veces aun cuando crees que sus palabras no tienen valor puedes descubrir que lo que hay ocultas en ellas—
José se cayó y escucho atento al abuelo, de todas maneras, sus historias le encantaban aún cuanto estuviera un poco grande para eso.
Aquella criatura tenía escondido y protegido este gran tesoro, que muchos caballeros habían tratado de robar y ninguno nunca pudo siquiera mirar; esto porque se decía que sólo alguien de corazón bueno y noble sería dueño del tesoro.
Benjamín claro, no era un caballero ni mucho menos, pero había escuchado tantas veces hablar sobre el tesoro tan grande que guardaba el Guardián que él tenía que ir a verlo, eran tantas las historias, y tantos los misterios alrededor de las montañas que o bien, el diría que allí no había nada o vendría cargado de incontables tesoros.
Emprendió su aventura no sin antes reclutar para tan dudosa faena a su gran amigo Eduardo; no era miedo ni nada, sólo tal vez un poco de prudencia a emprender un largo viaje sin compañía adecuada para platicar
.
Fueron varios días de camino antes de empezar a subir las empinadas montañas, llenas de maleza por las que era bien visto no pasaba cristiano alguno muy a menudo, el bosque que rodeaba la montaña era digno de ser pintado para un relato de horror; seguro nadie sería capaz de describir un paisaje tan escabroso, la niebla tan densa que no dejaba más que caminar uno tomado del hombro del otro para no perderse
(Que no es miedo, no penséis mal-es oscuridad
), los árboles llenos de tantas plantas parasitas que les colgaban que sus sombras parecían figuras macabras cuando tu vista te dejaba distinguir algo; y aquellos sonidos, majaderos, que si una rama que cruje; ¿Tus pasos Eduardo?—no, no ,que no me muevo—Bueno como les digo algo indecible; era de creer que si aquella criatura vivía no recibía muchas visitas, o quizá había muerto ya incomunicado.
Miraron las cuevas que se hundían en las montañas, y entraron sin saber que les esperaba o que les deparaba entrar en aquel lugar.
Caminaron bastante tiempo dentro, topándose con toda clase de alimañas, pero no veían que terminara aquel lugar o tuviera un fin posible, para su sorpresa en un lugar avanzado del camino se comenzaba a notar un brillo, el cual siguieron por supuesto.
Al llegar a la luz era una planicie dentro de la montaña un valle, dentro de la misma con un bosque precioso—Benjamín miró a Eduardo que igual que él no podía creer lo que sus ojos miraban—Ja ahora sé porque no han vuelto los caballeros quien querría salir de un lugar tan bello.
De pronto y para su sorpresa cayeron en una trampa, en una espacie de red como si fueran peces, se vieron inutilizados y por alguna razón cayeron en un profundo sueño.
Eduardo, Eduardo—Lo movía y trataba de despertarlo su amigo benjamín que recién volvía del extraño sueño.
¿Qué pasa?-Se despertó violentamente Eduardo—Ambos chicos miraron a su alrededor y no podían creer aquella imagen estaban seguramente dentro de la montaña en una de las cuevas rodeados por piedras de oro y toda clase de joyas que puedan imaginas, diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, perlas, piedras de todos tamaños y colores, seguramente con valores inimaginables, había armas, pieles, sedas, cosas extrañas y que seguramente eran valiosas pero que ellos no entendían, además habían libros, libros antiguos y escritos en diferentes idiomas, algunos símbolos que ellos nunca vieron (No era que hubieran estudiado mucho tampoco :S).
Lo encontramos-- dijo Benjamín gritando a su amigo a la vez que le tomaba por el brazo—
Pues si—dijo Eduardo-Me preocupa que si una cosa es cierta, también la otra—le dijo con cara de¡ Dios mío!, además me parece que no veo por donde podríamos salir .
Se abrieron frente a sus ojos las montañas como si fueran dos puertas gigantes, y una criatura que no podrán describir se acerco a ellos y les dijo.
¿Vienen por mis tesoros?-¿Es acaso que han visto alguno que les interesa?- Le dará una oportunidad, llévense uno de mis tesoros, cada uno y salid de aquí
Los jóvenes lo miraron con asombro y Benjamín le dijo—Podemos tomar algo y aún así nos dejara irnos ¿por qué?-
El sonrío y dijo; nadie viene a mí montaña, sin superarse el mismo; viene quien se considera digno de uno de mis tesoros, quien es valiente para enfrentarme, y enfrentarse a su miedo y superarlo, ¿quién soy yo entonces para negarle un tesoro?- Aquí ven muchas joyas y cosas valiosas; para ustedes para mí no es más que una enorme montaña esperando por hombres que crean en sí mismos.
¿Qué le hace estar seguro que no diremos a todos que vengan por su tesoro?—dijo benjamín—El Guardián sonrió—¿qué te llevaras?—
Eduardo se apresuro a decir,- yo no me llevaré nada-- Lo sé dijo el guardián—
Como dijo Benjamín—Hemos venido hasta aquí y no te llevaras nada—
Eduardo tomo a su amigo del hombro y lo miro fijo a los ojos—No necesitamos nada de esto, nuestros tesoros los tenemos con nosotros día con día, mi vida es mi tesoro, mi deseo de aprender, mis amigos, tengo demasiado y no cargaré cosas inútiles de regreso-
Benjamín sonrío a su amigo y al Guardián y le dijo a este—¿Nadie se lleva nada?
No, nadie que llega hasta aquí, se ha llevado nada, no entiendes que lo verdaderamente valioso es lo que Tú eres por dentro, lo que Tú haces de ti mismo, ese no se compra, no se guarda, no se mide tan fácilmente.
Los muchachos salieron con las manos vacías de aquel lugar; con la frente en alto y con el corazón lleno de orgullo.
El abuelo terminó la historia y José , quedo maravillado como siempre.
El abuelo continuo- las personas algunas veces miraran a través de ti como si no valieras nada; puede incluso que quien quieras nunca note que es así; pero lo importante es que dentro de Tú corazón sepas donde está el verdadero valor, sepas lo que para ti es importante.
Las cosas de valor nunca debemos buscarlas fuera, porque siempre están dentro de nosotros; y mientras más demos de nosotros mismos, más seremos valiosos.
En las cuevas de las montañas más viejas, se decía que existía un antiguo tesoro, custodiado por una criatura alada y feroz, que si estaba de mal humor escupía fuego por la boca, j aja ja , tonterías abuelo—Le dijo José- que es este cuento tan absurdo, yo no soy un pequeño que cree fantasías, anda nárrame mejor alguna de las batallas en las que participaste; --
Escucha José, escucha lo que otros tienen que decir, porque a veces aun cuando crees que sus palabras no tienen valor puedes descubrir que lo que hay ocultas en ellas—
José se cayó y escucho atento al abuelo, de todas maneras, sus historias le encantaban aún cuanto estuviera un poco grande para eso.
Aquella criatura tenía escondido y protegido este gran tesoro, que muchos caballeros habían tratado de robar y ninguno nunca pudo siquiera mirar; esto porque se decía que sólo alguien de corazón bueno y noble sería dueño del tesoro.
Benjamín claro, no era un caballero ni mucho menos, pero había escuchado tantas veces hablar sobre el tesoro tan grande que guardaba el Guardián que él tenía que ir a verlo, eran tantas las historias, y tantos los misterios alrededor de las montañas que o bien, el diría que allí no había nada o vendría cargado de incontables tesoros.
Emprendió su aventura no sin antes reclutar para tan dudosa faena a su gran amigo Eduardo; no era miedo ni nada, sólo tal vez un poco de prudencia a emprender un largo viaje sin compañía adecuada para platicar
Fueron varios días de camino antes de empezar a subir las empinadas montañas, llenas de maleza por las que era bien visto no pasaba cristiano alguno muy a menudo, el bosque que rodeaba la montaña era digno de ser pintado para un relato de horror; seguro nadie sería capaz de describir un paisaje tan escabroso, la niebla tan densa que no dejaba más que caminar uno tomado del hombro del otro para no perderse
Miraron las cuevas que se hundían en las montañas, y entraron sin saber que les esperaba o que les deparaba entrar en aquel lugar.
Caminaron bastante tiempo dentro, topándose con toda clase de alimañas, pero no veían que terminara aquel lugar o tuviera un fin posible, para su sorpresa en un lugar avanzado del camino se comenzaba a notar un brillo, el cual siguieron por supuesto.
Al llegar a la luz era una planicie dentro de la montaña un valle, dentro de la misma con un bosque precioso—Benjamín miró a Eduardo que igual que él no podía creer lo que sus ojos miraban—Ja ahora sé porque no han vuelto los caballeros quien querría salir de un lugar tan bello.
De pronto y para su sorpresa cayeron en una trampa, en una espacie de red como si fueran peces, se vieron inutilizados y por alguna razón cayeron en un profundo sueño.
Eduardo, Eduardo—Lo movía y trataba de despertarlo su amigo benjamín que recién volvía del extraño sueño.
¿Qué pasa?-Se despertó violentamente Eduardo—Ambos chicos miraron a su alrededor y no podían creer aquella imagen estaban seguramente dentro de la montaña en una de las cuevas rodeados por piedras de oro y toda clase de joyas que puedan imaginas, diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, perlas, piedras de todos tamaños y colores, seguramente con valores inimaginables, había armas, pieles, sedas, cosas extrañas y que seguramente eran valiosas pero que ellos no entendían, además habían libros, libros antiguos y escritos en diferentes idiomas, algunos símbolos que ellos nunca vieron (No era que hubieran estudiado mucho tampoco :S).
Lo encontramos-- dijo Benjamín gritando a su amigo a la vez que le tomaba por el brazo—
Pues si—dijo Eduardo-Me preocupa que si una cosa es cierta, también la otra—le dijo con cara de¡ Dios mío!, además me parece que no veo por donde podríamos salir .
Se abrieron frente a sus ojos las montañas como si fueran dos puertas gigantes, y una criatura que no podrán describir se acerco a ellos y les dijo.
¿Vienen por mis tesoros?-¿Es acaso que han visto alguno que les interesa?- Le dará una oportunidad, llévense uno de mis tesoros, cada uno y salid de aquí
Los jóvenes lo miraron con asombro y Benjamín le dijo—Podemos tomar algo y aún así nos dejara irnos ¿por qué?-
El sonrío y dijo; nadie viene a mí montaña, sin superarse el mismo; viene quien se considera digno de uno de mis tesoros, quien es valiente para enfrentarme, y enfrentarse a su miedo y superarlo, ¿quién soy yo entonces para negarle un tesoro?- Aquí ven muchas joyas y cosas valiosas; para ustedes para mí no es más que una enorme montaña esperando por hombres que crean en sí mismos.
¿Qué le hace estar seguro que no diremos a todos que vengan por su tesoro?—dijo benjamín—El Guardián sonrió—¿qué te llevaras?—
Eduardo se apresuro a decir,- yo no me llevaré nada-- Lo sé dijo el guardián—
Como dijo Benjamín—Hemos venido hasta aquí y no te llevaras nada—
Eduardo tomo a su amigo del hombro y lo miro fijo a los ojos—No necesitamos nada de esto, nuestros tesoros los tenemos con nosotros día con día, mi vida es mi tesoro, mi deseo de aprender, mis amigos, tengo demasiado y no cargaré cosas inútiles de regreso-
Benjamín sonrío a su amigo y al Guardián y le dijo a este—¿Nadie se lleva nada?
No, nadie que llega hasta aquí, se ha llevado nada, no entiendes que lo verdaderamente valioso es lo que Tú eres por dentro, lo que Tú haces de ti mismo, ese no se compra, no se guarda, no se mide tan fácilmente.
Los muchachos salieron con las manos vacías de aquel lugar; con la frente en alto y con el corazón lleno de orgullo.
El abuelo terminó la historia y José , quedo maravillado como siempre.
El abuelo continuo- las personas algunas veces miraran a través de ti como si no valieras nada; puede incluso que quien quieras nunca note que es así; pero lo importante es que dentro de Tú corazón sepas donde está el verdadero valor, sepas lo que para ti es importante.
Las cosas de valor nunca debemos buscarlas fuera, porque siempre están dentro de nosotros; y mientras más demos de nosotros mismos, más seremos valiosos.

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